Cuando era niño, paseando con mi abuelo por el campo descubrí en una pequeña barranca un estrato de tierra, color blanca de unos dos centímetros de ancho que se diferenciaba de las demás. Le pregunté a mi abuelo de que se trataba, y el me dijo: “Eso quedó del día de la nevada mortal en El Guanaco”.
Con mucha seriedad me contó que en una muy fría mañana Agosto del ’52 los habitantes del paraje El Guanaco se sorprendieron ante una extraña nevada que comenzó a caer en la madrugada. Mi mamá tenía por aquel tiempo 11 años y era la primera vez que veía caer estos copos blancos, livianos, casi incorporeos del cielo. Le preguntó a mi abuelo sobre lo que estaba ocurriendo y el, que ya había visto una nevada en su pueblo natal, le respondió que lo que veía caer era nieve, y que no era otra cosa que agua muy fría. Para demostrarlo se calzó sus guantes y tomó un puñado de nieve, la llevó a la casa y encendiendo la cocina la calentó sobre una sartén. Luego de varios minutos de calentarla, comprobando que las propiedades de esta extraña nieve no variaban en absoluto decidió poner mas leña a la cocina, pero aunque la temperatura aumentó considerablemente la nieve siguió inmutable.
Ya de joven me enteré que el fenómeno se extendió hasta Buenos Aires, y que sirvió de inspiración a un joven guionista de historietas para escribir lo que se convertiría en el mejor comic Argentino de todos los tiempos. Pero, por alguna razón que aún ahora de adulto no entiendo, alguien pensó que era peligroso hablar sobre estos temas. Los efectos de esta nevada no desaperecieron de un día para el otro, ya que tuvimos noticias que el brillante guionista desapareció años después junto con miles de personas mas.
Esta fue la única vez que ocurrió una nevada semejante. Los copos caídos pueden ser vistos aún hoy por cualquier persona que preste un poco de atención a las pequeñas barrancas que se encuentran a los costados de los caminos vecinales de esta zona.
2 comments:
Y que era?
Lea, la cosa fue asi... Fue una erupcion volcanica muy grande en el oeste, y las cenizas arrastradas por el viento cayeron en las cercanias de Santa Rosa. Como prueba de la veracidad de esta historia, se pueden aun ver las capas de cenizas en algunos medanos cortados cerca de Santa Rosa.
Lo que no se cuenta en la historia, es la pelea entre el abuelo antonio y un peon de campo, discutiendo sobre si era nieve o no, hasta que decidieron ponerla en la sarten.... Esto contado por el mismisimo abuelo.!
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